¿Qué diferencias hay entre botas para el campo y botas de ciudad?

Si eres de los que dicen que las botas son botas y punto, quédate porque vamos a abrirte la mente. 

Como todo lo que existe, las botas tienen un propósito. Primero llegó la demanda: el tobillo es una parte frágil y vulnerable del cuerpo, y los pies cogen frío con los zapatos convencionales. Ante esta demanda llegó el propósito de las botas: Proteger el tobillo y calentar el pie. En sus inicios unas únicas botas te valían para cualquier actividad, pero a medida que el mundo ha ido evolucionando, el sector del calzado ha ido evolucionando con él, y ahora las botas que necesitas para ir campo a través tienen poco o nada que ver con las que necesitas para ir por la ciudad en tiempos de frío. 

Las botas para el campo están diseñadas para ofrecer resistencia, soporte y protección en terrenos difíciles. Esto significa que, a diferencia de las botas de ciudad, están construidas para soportar condiciones extremas como barro, agua, rocas o terrenos irregulares. El material de las botas de campo suele ser más grueso y resistente, utilizando cueros impermeables o tejidos especiales para mantener los pies secos. Además, las suelas de estas botas están pensadas para proporcionar tracción en superficies inestables, lo que te ayuda a mantener el equilibrio y la estabilidad mientras caminas por senderos o caminos irregulares. 

Otra característica clave de las botas de campo es el refuerzo en la zona del tobillo. El diseño de estas botas está pensado para estabilizar y proteger esa parte del cuerpo, ya que caminar por terrenos escarpados puede ser riesgoso sin el soporte adecuado. Por ejemplo, modelos como nuestro Chelsea en piel encerada ofrecen todo lo necesario para una caminata en el campo: impermeabilidad, soporte y durabilidad. 

Por otro lado, las botas de ciudad se enfocan en el estilo, la comodidad y la versatilidad, sin perder de vista la funcionalidad para el entorno urbano. Aunque también proporcionan protección al pie y el tobillo, su diseño es más ligero y estilizado para adaptarse a las actividades cotidianas en la ciudad. Los materiales son más finos y a menudo se prioriza la estética para que combinen con diferentes outfits, desde un look casual hasta uno más formal. 

En cuanto a la suela, las botas de ciudad suelen tener un diseño más plano y flexible, adecuado para caminar sobre pavimento. Esto hace que sean más cómodas para recorrer distancias más cortas, pero no ofrecen el mismo agarre o protección en terrenos irregulares como lo hacen las botas para el campo. Las botas de ciudad también tienden a ser más fáciles de mantener y limpiar, ya que están hechas con materiales menos expuestos a condiciones extremas. Modelos como el Landa o el Olvera son ejemplos de botas urbanas, donde la elegancia y la comodidad se encuentran sin renunciar a la funcionalidad.